El día 31 de diciembre no es para estar triste; es día de recuerdos y de deseos, de melancolía y nostalgia al mismo tiempo. Pero siempre hay que esperar que el año nuevo traerá aires nuevos, esperanza de nuevos conocimientos y sentimientos mágicos.
Yo hoy quiero dar gracias a los hados por lo que tengo, lo que he ganado (que ha sido mucho) y lo que me ha sido regalado por el destino (más bien poco). Doy gracias por los míos, los que lo son verdaderamente, y por cada instante que puedo compartir con ellos. Gracias por el amor que doy y el que recibo, que es inmenso, y me da fuerzas para seguir teniendo fe en la vida.
Gracias por lo que me han enseñado y he aprendido, a veces sin querer hacerlo, y por la oportunidad de seguir haciéndolo en el futuro. Gracias por casa risa y cada lágrima que me hacen ser más humana y mejor persona. Gracias por estar viva y no estar sola.
Y para terminar el año como se debe, con una sonrisa, una lista de pequeños placeres que también debo agradecer a los pícaros espíritus de las alturas:
-El té rojo de las tardes de invierno, mirando la lluvia a través de los cristales.
-La mañana de Reyes con toda la familia rodeando el árbol colmado de regalos, mientras en la cocina nos espera un delicioso chocolate caliente y espeso.
- Los atardeceres en la playa, cuando el sol no quema, y puedo caminar por la orilla con la mirada perdida en el mar, o registrar cada centímetro de arena a la búsqueda de conchas.
- Las antiguas películas en blanco y negro, esas románticas o de aventuras que siempre acaban bien y te reconcilian con el género humano.
-Los juegos de mesa o de cartas de toda la vida, porque proporcionan risas y entretenimiento sano a toda la familia.
-La lotería de Navidad, porque sé que no me va a tocar, pero me hace ilusión tentar a la suerte una vez al año. Y a veces los premios caen cerca…
-El teatro, verdadera escuela de actores y bálsamo para la timidez de unos cuantos, entre ellos la mía, je je.
- El patchwork y el mundo de la costura en general; una afición que descubrí recientemente y que ¡¡me encanta¡¡. No tenía ni idea de que pudiera relajar tanto.
-El vermut del fin de semana con un pinchito en cualquier terracita donde pueda leer el periódico con tranquilidad.
-Homero, Cervantes , Neruda, Becquer, Ovidio, Dumas , Tolstoi, las Hermanas Brönte….. y tantos otros que a través de sus páginas me han dado horas y horas de felicidad.
- La piña colada y el batido de melón tumbada en una hamaca en Punta Cana.
- Bailar agarrada a mi Maruxiño, cuando se deja, y todo lo que me echen. Sin el baile yo no podría vivir.
-El té rojo de las tardes de invierno, mirando la lluvia a través de los cristales.
-La mañana de Reyes con toda la familia rodeando el árbol colmado de regalos, mientras en la cocina nos espera un delicioso chocolate caliente y espeso.
- Los atardeceres en la playa, cuando el sol no quema, y puedo caminar por la orilla con la mirada perdida en el mar, o registrar cada centímetro de arena a la búsqueda de conchas.
- Las antiguas películas en blanco y negro, esas románticas o de aventuras que siempre acaban bien y te reconcilian con el género humano.
-Los juegos de mesa o de cartas de toda la vida, porque proporcionan risas y entretenimiento sano a toda la familia.
-La lotería de Navidad, porque sé que no me va a tocar, pero me hace ilusión tentar a la suerte una vez al año. Y a veces los premios caen cerca…
-El teatro, verdadera escuela de actores y bálsamo para la timidez de unos cuantos, entre ellos la mía, je je.
- El patchwork y el mundo de la costura en general; una afición que descubrí recientemente y que ¡¡me encanta¡¡. No tenía ni idea de que pudiera relajar tanto.
-El vermut del fin de semana con un pinchito en cualquier terracita donde pueda leer el periódico con tranquilidad.
-Homero, Cervantes , Neruda, Becquer, Ovidio, Dumas , Tolstoi, las Hermanas Brönte….. y tantos otros que a través de sus páginas me han dado horas y horas de felicidad.
- La piña colada y el batido de melón tumbada en una hamaca en Punta Cana.
- Bailar agarrada a mi Maruxiño, cuando se deja, y todo lo que me echen. Sin el baile yo no podría vivir.
Podría seguir, pero hay que dejar para el próximo año,no?
Feliz 2009 a todos.