
A punto de iniciar el mes de la Navidad, triste este año, pero Navidad al fin y al cabo, el Maruxiño y yo vamos recabando los billetes de lotería para el sorteo del día 22 de entre los familiares y amigos repartidos por varias ciudades del norte. Si lo piensas detenidamente es un poco tontería, porque realmente el Gordo sólo es uno, y puede venderse en el pueblito más pequeño y aislado de España, que para eso está la suerte, así que no deberíamos andar peleándonos por un número de Doña Manolita o de Sort pero somos así de ilógicos y así de humanos.
Encima, a no ser que tengas una tira entera, el premio por billete no te va a solucionar la vida,y no te digo nada si tienes un montón de participaciones de 3 euros compradas aquí y allá, por la coña de que salga el dichoso numerito.Al menos, que tocase una buena cesta navideña...
¿Y si toca?. ¿Lo guardo en el banco a un interés miserable para que ellos se lo gasten en activos tóxicos, o me lo gasto?. ¿Y en qué lo gasto?
Porque en realidad tanto no me podría tocar; por billetito lo justo para dejar la hipoteca casi a cero . Quizás me compensase más irme de vacaciones con el Maruxiño y nuestro Nicolás, ya que tampoco esperamos que esta vaya a ser nuestra vivienda definitiva. El caso es que si lo meto todo en el piso no da para nada más y tampoco acabaría con la hipoteca. Y a mi la verdad es que me apetece un crucero...
Si total lo más probable es que no me toque, es sólo por marear, es lo que tiene la ciática, que el reposo obligado te deja tiempo para darle vueltas a la cabeza con cosas así de inútiles.
Mira,yo por si acaso lo voy pensando.